La radio del auto quedó encendida
después del accidente.

Ninguna astilla atravesó la voz del locutor
y los árboles se movieron
sólo en la dirección del viento.

Sueño sin memoria,
el conductor yace sobre el volante,
la cabeza apoyada en el regazo de alguna divinidad.


(De El día pleno, 2003)
Raquel Sinelli / Puertas adentro