Lo invisible es fácil de ver y yo diré la verdad :
en mi juventud, escudriñé el cielo con un ojo fanático
mitad cólera, mitad estupor
esperando que de lo alto se anunciase el día
y me descubriese así la boca abierta al infinito.

En la edad sin razón, siguiendo consejos llegué a probar
con un escorpión sobre la lengua,
qué otra cosa que unas pocas tinieblas a descubrir
se le puede pedir a la delicada virtud de un aguijón.

Con los años y las ruinas de la ilusión intenté
vislumbrar algo, arrancando de mi mente todo convencimiento
de lo real y tan solo agité la cabeza en un largo sí,
en un largo no.

Desahuciado visité la muerte en la fosa de los elefantes
donde oí decir de nada sirve venir a enumerar huesos
perdidos mientras lo singular y desconocido,
como una pulga, salta entre nosotros.

Lo invisble es fácil de ver y yo diré la verdad :
solo es necesario desinfectar el misterio
y larga vida a las promesas,
y larga vida a sus inocentes.


(De Hiel por hiel, 1997)
Abel Robino / Poemas