"L" Memoria gráfica del Exilio chileno.
1973 - 1989

Imágenes del Exilio. por José Miguel Varas
Memoria de Chile. por Claudio González

Memoria de Chile

Claudio González

Quiero, primeramente, agradecer a Estela y Sonia el que me distingan para ser uno de los presentadores este libro.

Como no soy crítico literario ni de arte, modestamente, solo puedo decir lo que a este simple mortal el libro le ha transmitido. Y quizás es mejor, ya que los libros no se escriben para los críticos, sino para los simples miembros de esta sociedad.

Dicen, los que dicen, que con la edad uno se pone más sensible; debe ser por eso que cuando recibí el libro, editado, lo tomé y sentí, sin siquiera abrirlo, una fuerza y afectividad, que me emocionó. Y así, de pronto se me agolparon las conversaciones mantenidas con Estela y Sonia.

Al abrirlo y empezar a ojearlo, esa sensación fue aumentando. Al leerlo más reposadamente y ver las fotos y reproducciones de documentos y afiches, la memoria se me desbordó como también las emociones.

Porque este libro es como un agujón, que pica y remueve cientos de recuerdos y sentimientos. Es una suerte de provocación.

Dice el título Memoria Gráfica del Exilio Chileno. Es una memoria gráfica testimonial y emotiva, pero es una memoria que va mucho más allá de las imágenes.

Tampoco es una memoria sólo del exilio chileno, ya que es imposible no contextualizar los acontecimientos.

Que esta publicación sea una memoria tiene también una significación más profunda. Memoria, recuerdo que se niega a morir y que seguirá presente hasta que se haga justicia.

Sin memoria no hay historia y sin historia no hay identidad. Chile no es pura farándula, liviandad; hubo y hay todavía tiempos dolorosos que son parte de nuestra historia, aunque algunos quieran olvidar y sepultar.

Memoria gráfica, feliz conjunción de belleza, diseño, historia, recuerdo, valentía creadora, dolor y esperanza, sacrificio y logros, humillación y dignidad están presentes en este libro y lo hacen distinto, apasionante y profundo.

El tema del exilio y del asilo está tan presente, que el domingo pasado, 5 de abril, el diario El Mercurio, dedica casi dos páginas a este tema. El artículo, cuyo título es: "La gesta más heroica de la diplomacia chilena" trata del asilo brindado por la Embajada de Chile en Madrid a dos mil madrileños.

Cito: "unas veces son aristócratas; pero también hay monjas, curas, militares, políticos conservadores, estudiantes falangistas y familias ..." "Una hazaña la de Morla (el embajador) y sus compañeros de la embajada que escribe una de las páginas más heroicas de la diplomacia chilena. "

Lo que no dice el artículo es que Morla Lynch negó el asilo político al poeta Miguel Hernández, quien después es apresado y muere en la cárcel de Alicante.

Por esto, el preservar la memoria, conservar los hechos como sucedieron, sin tergiversaciones, cobra mayor importancia.

Por algún designio desconocido me correspondió, desde el año 1973 estar comprometido en las tareas del exilio. Estar en el comienzo del camino del exilio, en la estación de la partida.

En esa etapa, y por varios años, trabajando en CONAR y después en FASIC, trabajamos en facilitar la salida de personas que eran refugiados o iban a serlo y después en colaborar en acoger a los que volvían; aunque hubo una época en que estas actividades sucedían simultáneamente.

La herida del exilio es tan profunda, prolongada y adquiere muchas formas, y quizás, como lo dice Ariel Dorfman en el Prólogo: "el silencio es el peor enemigo del exiliado ". De ahí su enorme necesidad de estar en conexión con la tierra que dejó y con sus hermanos exiliados.

Pero, ¿cuándo realmente comienza el exilio?¿cuando te detienen o te sacan de tu entorno, cuando subes al avión o cuando te encuentras en medio de un idioma que no es el tuyo? ¿O cuando tomas conciencia de la lejanía y de la ruptura de tu proyecto de vida?

El exilio es viajar a otra cultura, a una cultura de otro país que cada persona debió enfrentar según sus características personales. Como se señala en el libro, hubo un cierto número de chilenos a quienes el golpe los encontró fuera de Chile: por estudios, por trabajo, por giras artísticas.

Pero, como nos tocó ver, cuán diferente debe haber sido ese trasplante para otros. Por ejemplo para nuestros hermanos mapuches. Conocimos casos en que personas que ni siquiera conocían Temuco debieron salir de la cárcel al aeropuerto para desembarcar en Ámsterdam.

Otra cultura que muchos chilenos tuvieron que conocer, antes de partir, fue la cultura de las iglesias. Los primeros comités de ayuda fueron conformados por personas de iglesias. Así, chilenos que se declaraban agnósticos unos, ateos otros y anticlericales se encontraron con esa otra cultura de la sociedad chilena. A veces con desconfianza, sin entender el por qué de ese compromiso, fueron comprendiendo ese actuar de personas aparentemente lejanas a sus ideales políticos. También personas de las iglesias vieron que los marxistas no se comían los ojos de los niños y no eran tan perversos.

La Biblia es un libro que podemos leer con diferentes ojos: el del creyente o el que no lo es, pero es un libro de la vida del hombre. Y en esa vida del hombre está presente el exilio. Lo sufrió el pueblo de Israel. Se puede hacer un paralelo entre ese antiguo exilio y los actuales, pero también con el chileno.

Qué hacían los israelitas:
Textual: A orillas de los ríos de Babilonia nos sentábamos a cantar canciones de nuestra tierra. (Ps 137)

Discutían de política, se enojaban con quienes echaban raíces en el país del exilio, por matrimonios o negocios. Celebraban fiestas con comida de su tierra ... Por lo que sé, es lo que pasaba con el exilio chileno.

En este refrescar de la memoria nos aparecen tantos nombres que no están en este libro ni en otros: de los que posibilitaron su salida, como de los que acogieron, los que crearon conciencia del problema, la laboriosidad de Marta Alvarado y de Angela Jeria para la formación del Comité Pro Retorno de Exiliados.

Y hay gestos de personas de las que no tenemos sus nombres: permítanme narrar un pequeño hecho:

Nos correspondió sacar del país a una persona buscada por los servicios de inteligencia. Conseguimos que se hiciera un carnet de identidad, pero no con su nombre, una "chapa". Hicimos el trámite en el mesón de la línea aérea y la persona que nos atendió dijo: "este carnet tiene cinco años y se ha mantenido tan nuevo". Con el mensaje que nos dio entendimos nuestro error. Efectivamente la fecha de confección del carnet era de cinco años atrás pero estaba recién hecho. Antes que la persona pasara a Policía Internacional, tuvimos que envejecer el documento. Ese mensaje de la persona en el mostrador de la compañía aérea fue vital, pero no tenemos su nombre.

Como dije al comenzar, a mí, como a otros y otras, nos correspondió estar en esta punta del camino. Nosotros también tuvimos necesidad de aliento, de saber lo que sucedía en otras partes de Chile y del mundo.

Por eso, en las noches, generalmente a oscuras o encerrados en la cocina o en un lugar donde no oyeran los vecinos, encendíamos nuestra radio hasta que captábamos la onda de Escucha Chile.

Lo que significaron esos mensajes difícilmente puede ser evaluado. Aprovechando esta ocasión, que no se tiene todos los días, quiero hacer un reconocimiento a esa persona que nos habló desde su exilio: don José Miguel Varas.

Este libro es de los que hay que repasar, volver a leer y volver a mirar la gráfica.
Este libro, como todo libro, es compañero silencioso, que nos invita a no olvidar. El libro nace para seguir viviendo en los lectores. Este ha nacido para que no olvidemos que muchos chilenos y chilenas han sufrido, y quieren vivir en una patria con historia y que cumpla sus doscientos años de independencia con más justicia, libertad, paz.

Parece un contrasentido que un libro que muestra tanto dolor sea tan hermoso y bien hecho. Es que también es un libro de esperanzas. Si lo lee, usted será más persona.

Gracias a las autoras por este libro que enriquece la memoria de Chile.


Claudio González

Palabras pronunciadas por Claudio González, Secretario Ejecutivo de FASIC - Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas, con motivo de la presentación del libro. "L" Memoria gráfica del Exilio chileno 1973 - 1989. de Estela Aguirre y Sonia Chamorro, en la Biblioteca Nacional. Santiago, Chile, 2009.

 

Chile : Breve Imaginería política 1970-1973
Chile : Breve Imaginería política 1970-1973


Exilio Chileno
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Una calle Salvador Allende ... en el mundo
Una calle Salvador Allende ... en el mundo
 
Informaciones "Memoria gráfica del Exilio chileno" : Ocho Libros Editores fono: +56 (2) 335 17 67 Santiago, Chile. - 2009

Fotografía, web : abacq.net - 2009