"L" Memoria gráfica del Exilio chileno.
1973 - 1989

Imágenes del Exilio. por José Miguel Varas
Memoria de Chile. por Claudio González

Imágenes del Exilio

José Miguel Varas

Esta Memoria Gráfica del Exilio Chileno, que han compuesto Estela Aguirre y Sonia Chamorro no se deja leer como cualquier otro libro, desde la página 1 hasta la 175, en perfecto orden. Como viejo bibliómano, he adquirido ciertos modos o mañas, si ustedes quieren, de embarcarme en un libro. Primero lo hojeo mordisqueando trozos aquí y allá, al azar, metiendo un dedo para sacar una almendra, un trozo de nuez o una pasa. Eso sirve para tomarle el sabor, para sentir la textura del libro y hasta cierto punto su tono. Es una actitud sensorial, infantil o animal, si se quiere, para acercarse al asunto sin preconceptos intelectivos.

Después, segunda etapa, examino el índice (los libros sin índice no sirven para nada), saco muestras de los temas que más me interesan. Y, por fin, etapa tercera, me instalo a leerlo desde el comienzo hasta el final, me lo trago y por ultimo lo digiero ...

Ahora bien, ¿qué es lo que pasa con este libro? ¿Por qué no se deja asimilar igual que los demás?

Creo saberlo, después de haber vivido la experiencia, pero no me resulta tan fácil explicarlo, porque el fenómeno es consecuencia de un efecto emocional y a la vez sinestésico que el libro provoca. Tal vez algo así le pasó a Ariel Dorfman, como dice en el Prólogo. Cuando las autoras se lo pidieron, pensó que era asunto fácil. Luego, al leer el libro, se sintió de nuevo sumido en el desamparo. Parece que esta original Memoria Gráfica del Exilio toca un nervio que todavía duele, y mucho, porque mientras uno lee artículos excelentes, llenos de información, como la revista a las revistas de Carlos Orellana o el que dedica María Teresa Cárdenas a la literatura del exilio, se superponen las imágenes: portada amarilla con letras legras de la revista creada por Fernando Alegría y David Valjalo, Literatura Chilena del Exilio y a la vez estoy viendo a Fernando diciendo salud con su vaso de whisky en la mano en el Hotel Foresta del cerro Santa Lucía en una de sus periódicas visitas a Chile y a David Valjalo en el Cerro Alegre de Valparaíso, cada vez más desteñido y exangüe hasta borrarse totalmente; leo la información sobre el Informe Rettig y saltando páginas veo a un paco guatón con casco, fusil automático bajo el brazo, en el interior de la Moneda bombardeada y sucia; veo milicos quemando libros; veo imágenes del Museo de la Solidaridad Salvador Allende, pienso en la casa señorial que actualmente ocupa en la calle República 475 donde hay un mural pintado por Matta y me encuentro con una foto de Matta junto a Carmen Waugh, Patricia Israel, Mario Carreño, Florencia de Amesti, Delia del Carril, Guillermo Núñez, Gracia Barrios, Rodrigo Maturana, un Balmes con más pelo y menos kilos, foto tomada en 1971. Y en otra página un cartel publicitario que anuncia para el 11 de febrero un sorteo de la Polla con 12 millones de escudos al gordo, ilustrado con figuras de niños que toman leche, una señora proletaria con un niñito en brazos y el niñito tiene una banderita chilena ... Leemos sobre la música, la plástica, la fotografía y desde la página 113, muy elegante, con chaqueta de cuero, sombrero negro, copa de vino al alcance de la mano, pucho entre los dedos de la otra mano, nos mira corno diciendo adiós el Gitano Rodríguez y escuchamos su voz "yo no he sabido nunca de su historia... un miedo inconcebible a la pobreza" y vemos más adelante a Sergio Ortega gritando en la calle "el pueblo unido" y escuchamos su voz y la de Víctor Jara unida al afiche francés que anuncia el Festival Víctor Jara. Porque resulta que el poder de evocación de este libro es tal, que no necesita estar acompañado de un CD para traernos, además de las imágenes, las voces y los sonidos del exilio.

Del exilio se habla poco en Chile en este tiempo. No es un tema cómodo ni simpático para el poder, es francamente antipático para la derecha. Los medios no lo consideran adecuado. No es un tema vendedor. Una vicaría de la iglesia católica estimaba hacia los años 80 que el exilio chileno superaba el millón. Hace un par de semanas El Mercurio decía que en este año 2009 se estima que los exiliados chilenos son más de 800 mil. Sólo estimaciones. Nadie sabe exactamente cuántos hombres, mujeres y niños salieron de Chile huyendo de la dictadura o de las consecuencias económicas de la dictadura, que persisten todavía. Ni se sabe realmente cuántos son los de hoy. La Derecha no quiere reconocer su derecho ciudadano a votar en las elecciones. Tiene miedo de que en su mayoría los exiliados o los ex-exiliados sigan siendo rojos. Creo que se equivoca. Lamentablemente.

Pero sobre todo, no se habla de la historia del exilio. Es una historia muy difícil de escribir. Se trata de las vidas truncadas y recomenzadas en más de 50 países de todos los continentes de un millón de compatriotas. ¿Cómo registrar y dar a conocer la contribución del exilio a la derrota de la dictadura y a la recuperación de la democracia? El modo como ese contingente desgarrado de la Patria superó -es lo que sucedió con la mayoría- el peso de la derrota, el extrañamiento, la infinita nostalgia, el caldo de cabeza, siguió luchando y supo transformarse en factor político pesante y efectivo en el interior de Chile. Esa actividad de todos los días, las denuncias, las huelgas de hambre, las marchas, los conciertos, las exposiciones, las mesas redondas, las empanadas; los esfuerzos tenaces, multitudinarios y a menudo sorprendentes por mantener vivas las verdaderas tradiciones de la cultura nacional, la portentosa y enorme creación de tantos chilenos y chilenas en el campo de las artes, pintura, música, escultura, danza, literatura, teatro, cine. En Araucaria, la gran revista del exilio que es, para mí y para otros, la mejor revista cultural chilena de todos los tiempos, continuó desarrollándose el pensamiento crítico, el análisis de la historia, de la economía, de las ciencias. La historia completa del exilio es tan vasta que en definitiva requeriría de un estudio en muchos volúmenes o muchos libros diferentes. Es una tarea pendiente, probablemente imposible.

Cada cual habla del exilio según como le fue en él. Las condiciones eran diferentes en cada país. Para algunos fue una tragedia personal sin remisión; para muchos fue una oportunidad de expresarse, de estudiar, de adquirir una conciencia más profunda de lo que somos como país, de la historia y del futuro que deseamos. Hubo también los que se "extrañaron", los que quisieran dejar atrás lo vivido en Chile e iniciar una vida nueva. Son los menos. Hubo además, en no pocos casos, el conflicto y el drama de los hijos que educándose y creciendo en otro país se formaron de otro modo y ya no quisieron saber más del país natal de los padres. Hay tantos casos como exiliados. El anecdotario es absolutamente infinito. En un barrio de Estocolmo, donde la población de exiliados llegó a tener un peso considerable existió una radio chilena hablada en chileno. Un almacenero turco, cuya clientela era mayoritariamente chilena, importó conservas de mariscos chilenas y, por exigencia de sus clientes, comenzó a expender Nescafé hecho en Chile que, como se sabe, tiene un sabor completamente diferente de todos los demás nescafés del mundo. Lo que nunca pudo conseguir el almacenero turco, fue cochayuyo.

El libro contiene varios retratos fotográficos de calidad excepcional, por lo que revelan de la personalidad de los fotografiados, María de la Luz Uribe, Fernando Krahn, José Donoso, Armando Uribe entre sus libros en París. Y tantos afiches solidarios, algunos de tremenda fuerza y alto valor artístico. Y las fotografías del golpe y de los tiempos de la Unidad Popular que proporcionan el contraste necesario.

La temática es inagotable y el camino elegido por las autoras de este bello volumen, que lleva el sello de la Editorial Ocholibros y que contó con el precioso diseño gráfico de Jenny Abud y Carlos Altamirano es el que permitía transmitir de golpe, de manera sintética y directa información, emoción y sentido político e histórico del exilio. Para quienes fuimos exiliados es un choque al plexo, reactivador de recuerdos, situaciones, pensamiento y sentimiento. Para quienes no lo fueron, debe ser en muchos aspectos, una revelación inesperada.

Solamente los poetas, me parece, han sido capaces de ofrecer de manera compacta en pocas palabras el núcleo de la experiencia del exilio. El dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht trató como nadie el tema, aunque existen testimonios poéticos del exilio en la antigüedad clásica. En uno de sus Poemas del Exilio escribió Brecht:

No pongas ningún clavo en la pared,
tira sobre una silla tu chaqueta.
¿ Vale la pena preocuparse para cuatro días?
Mañana volverás.

No te molestes en regar el arbolito.
¿Para qué vas a plantar otro árbol?
Antes de que llegue a la altura de un escalón
alegre partirás de aquí.

Cálate el gorro si te cruzas con gente.
¿Para qué hojear una gramática extranjera?
La noticia que te llame a tu casa
vendrá escrita en idioma conocido.

Del mismo modo que la cal cae de las vigas
(no te esfuerces por impedirlo),
caerá también la alambrada de la violencia
erigida en la frontera
contra la justicia.

Pero el exilio suele prolongarse más de lo previsto. Entonces, escribe Brecht:

Mira ese clavo que pusiste en la pared.
¿Cuándo crees que volverás?
¿Quieres saber lo que crees tú en el fondo?
Día a día
trabajas por la liberación,
escribes sentado en tu cuarto.
¿Quieres saber lo que piensas de tu trabajo?
Mira el castaño en el rincón del patio
al que un día llevaste una jarra de agua.

Pablo Neruda vivió un exilio de poco más de tres años entre 1949 y 1952. Tiempo de González Videla, el traidor. Trató del asunto en varios poemas. Entre ellos, la cumbre es el titulado Cuándo de Chile, válido para los exilios de todos los tiempos:

Oh Chile, largo pétalo
de mar y vino y nieve,
ay cuándo
ay cuando y cuándo
ay cuándo
me encontraré contigo ...

Pero en fin, esa es otra historia.


José Miguel Varas

Palabras pronunciadas por José Miguel Varas, escritor, periodista, Premio Nacional de Literatura 2006 (Chile) con motivo de la presentación del libro. "L" Memoria gráfica del Exilio chileno 1973 - 1989. de Estela Aguirre y Sonia Chamorro, en la Biblioteca Nacional. Santiago de Chile, 2009.

 

Chile : Breve Imaginería política 1970-1973
Chile : Breve Imaginería política 1970-1973


Exilio Chileno
Exilio Chileno


Una calle Salvador Allende ... en el mundo
Una calle Salvador Allende ... en el mundo
 
Informaciones "Memoria gráfica del Exilio chileno" : Ocho Libros Editores fono: +56 (2) 335 17 67 Santiago, Chile. - 2009

Fotografía, web : abacq.net - 2009