a León Rozitchner

El retador de la materia oscura
golpea sobre la bolsa de la costumbre,
ese cuerpo putrefacto, hábito
de un sentido común envilecido
por todos los dioses
del sometimiento humano.
Peso coagulado
por la inercia mortal del poder
obstruyendo la creación de lo nuevo.

El púgil persevera con doxa y episteme,
mandobles poderosos a diestra por siniestra,
y a través de su risa
convoca repentino el azar de la vida,
la vida misma pugna
ahora, prorrumpe victoriosa
al centro del polígono,
contradictoria y ávida,
cálida carne en desenvolvimiento,
dialéctica del alba.

Y nuestro agotado luchador sonríe.


(De Villa Elvira, 2014)
Carlos Aprea / Cuando vuelven los días