Tal como me fue ordenado
vengo de vagar por los desiertos
y ciudades de la tierra para
traerte las buenas nuevas y
combatir a tu lado. Es mi deber
perecer junto a ti, si fuera necesario,
para que puedas iniciar la travesía.
Vengo a ofrecerte los poderes que
me fueron otorgados y pongo mi
muerte a tu disposición.


Luis Pazos / Señor de la alucinación