Estoy aquí. O allá o en cualquier otra parte.
En mi principio.

T. S. Eliot


Le sugiere que escriba algo bello.
No sabe pero debiera
saber
que es imposible escribir algo bello
sobre una estadía en hospital. Pálida y aséptica
pesadilla en blanco y negro donde todo cuerpo es un flujo
y las carnes ya no son territorio de caricias
sino oscuras cavernas.
Mejor olvidar
lo erótico y deseable de los cuerpos cuando lo que hay sobre la cama
es andrajo, tubos y flema entre denodados guiños de muerte
y decrepitud.
Más vale una mente creativa
que distinga los árboles en el parque y algo más que hilachas en las nubes
un cielo fragmentado detrás del ventanal
unos ojos que viren hacia la calle
en vez de mirar hacia el pasillo interno
por donde pasan médicos
esa casta creída de todos los saberes
o enfermeras y enfermeros
obscenos en el intercambio de la nada corporal.

Más vale
el vuelo de aquel espíritu capaz de irse tan lejos
como pueda
y depositar su halo en una obra de arte
quien dice un Courbet o Mahler
un libro de D. H. Lawrence
o una silenciosa frase de Duras.

Más vale el espíritu libre
que se reconoce en su fin. O en su principio.


Norma Etcheverry / Lo manifiesto y lo latente