Las amas de casa de Oruro
cocinan para hombres
de mirada insurrecta,
esperan a sus hijos en los balcones
abrazadas a un malvón que no perfuma
y lloran por las noches
con la congoja a la que fueron confinadas.
Como si sus días no pudieran ser más que tiniebla
–empañado trasluz–
en Oruro
las mujeres sueñan con sufrir menos.


(de Cerca no es encima, 2008)
Norberto Antonio / A menos vida, más vida