Inundados por la luz o el desacierto de la palabra,
reencontrados por el amor y la alegría,
vituperados por el prójimo más cercano,
acorralados por nuestras más furiosas torpezas,
alcanzados por el antojo de la eternidad
o por la justicia del olvido,
pero de buena fe, como única coartada.


(De Como quiera que sea)
Néstor Mux / Delicada insensatez