I

Nos invitaron a un palacio
erigido entre la inundación y el fuego.
Nos dieron un lugar en la mesa,
una almohada fiel, un ventanuco errante.
Nos dieron una tajada de esperanza,
tal vez apenas las migajas.
Todo nos lo dieron
y seguimos mirando de reojo.


(Inédito)

II

Pocas cosas,
ni siquiera cosas, flecos,
hilachas, envolturas
que hacen pensar en cebollas.
Tanto pensamos que el pensamiento
parece una fragua de lo frágil,
un sol en una charca.


(Inédito)
Patricia Coto / Fanales