Hay una suma de cosas en la sombra que las ventanas clausuradas
dejan crecer desde hace años. Además del piletón, la ampliadora,
el abrillantador, los frascos de ácido y la luz inactiva. Hay además
ese presentimiento, el mismo de la primera revelación
cuando la inexistencia tuvo un colapso y mil partículas
se concentraron en la historia de una sonrisa.
No es algo nuevo sino todo lo contrario, apenas si es algo.
Se parece a los bares oscuros del puerto entre putas
y algún extranjero. No se trata de palabras ni de costumbres,
hay una suma de cosas flotando como cadáveres
que nadie podrá identificar.


(De Quis quid ubi: Poemas de Quintiliano, 1997)
Osvaldo Picardo / Poemas