vi de nuevo el rostro de mi madre
José Lezama Lima


Recuerdo de golpe, la oración sibilante de mamá
mezclada al zumbido de un moscardón.
La penumbra de la cocina ya limpia
y su sombra
a través de la fiambrera de la ventana.
La que daba al lavadero y un patio
con macetones de flores sustentadas a pura agua.

De mañana fuimos con mi primo a nadar.
Todavía el mar estaba brumoso
como si sacudieran una alfombra en el viento.
Aturdidos entrábamos de lleno a la combustión
del silencio
con pisadas de gaviotas sin borrar
y ovas vacías entre las uñas de las olas.

Estoy con una maya mojada y el pelo rubio.
Sumido en el cansancio pleno del mar,
poco antes de ser obligado
a la inocencia segunda del sueño.

Mamá –nunca te lo dije– yo te espiaba de lejos,
fabricabas algo seguramente bueno.
El zumbido sin palabras
en el abismo del nacimiento
y la calma ilegible de antes de todo sueño
te han comprendido.


(De Una complicidad que sobrevive, 2001)
Osvaldo Picardo / Poemas