No es sino una exageración
por la que mentimos una biografía,
"un terremoto continuo o una fiebre eterna".

¿Quién podría en tal estado, por ejemplo,
atarse los cordones de los zapatos, lavarse
el culo tanto como la cara y
escupir la mala conciencia
con que se escribe de la injusticia?

Los personajes de la poesía
no están en los poemas que hemos hecho.
Son el poeta de sesenta años
que según Giannuzzi
"la época incorporó a su injuria",
pero también, las loquitas angustiadas
que te despiertan a la madrugada;
y el delicado Sufeno al que Catulo
criticaba con una rara compasión.

Ni hablar de los borrachos de Alexander Blok
que "creen que algún dios los trajo acá
para que besaran el viento y la nieve…
"

No basta con abrir el Libro de la Poesía
y leer en público. La luz no es suficiente.
Está en otra parte, y nos abandona
en la mesa, ante una verdad ilegible.


(De Pasiones de la línea, inédito)
Osvaldo Picardo / Poemas