Aquí no hay dios, ni griego ni romano,
que presida ninguna ceremonia.
No hay oro ni laurel para los vencedores.

Aquí no hay más que un piquete de obreros,
con martillos neumáticos, rompiendo la calzada,
haciendo un pozo que no será nunca

el ombligo del mundo, la fuente de las revelaciones.
Un pozo más hondo que el sentimiento de los dioses,
más negro que el propio corazón humano.

(De Triunfo de lo real, 2001)
César Cantoni / Intemperie y otros poemas